La iglesia y el convento franciscanos datan de 1463, cuando los Frailes Menores Observantes se establecieron en esta zona periférica junto al curso del Lambro, fuera de las murallas que rodeaban Monza. La iglesia se erigió con formas de mampostería lombarda del gótico tardío; en el siglo XVII se añadió a la fachada un pórtico de formas barrocas y se construyó el cercano puente de piedra para facilitar la visita de los peregrinos a la milagrosa imagen de la Virgen, que aún se conserva en la iglesia.
Después de un desastroso incendio tras la supresión durante la época napoleónica, el complejo fue restaurado en la década de 1930 y devuelto a los franciscanos.
EL CONVENTO
En la iglesia gótica se construyó en el siglo XV el convento franciscano, originalmente formado por cuatro grandes claustros con vistas al curso del río Lambro.
El complejo religioso fue profundamente modificado en el siglo XVIII con la inserción de elementos arquitectónicos barrocos, como el portal que daba acceso a los espacios conventuales; posteriores intervenciones condujeron a la situación actual, que conserva un claustro interior cerrado por los cuatro costados y un pórtico.
Más allá del río permanecen las estructuras y el patio que antaño se utilizaban para las actividades de transformación de la lana a las que se dedicaban los frailes.
El convento de los franciscanos se encuentra en el centro de la ciudad.