Un homenaje, o más bien dos, del pueblo de Monza a Giuseppe Garibaldi.
Sí, porque en la ciudad hay dos estatuas que representan al Héroe de Dos Mundos, una en la plaza que lleva su nombre frente al Palacio de Justicia y la otra en los Boschetti Reali. Y las estatuas cuentan con una historia un tanto articulada.
Fue el 3 de junio de 1886 cuando se inauguró la obra de Ernesto Bazzaro (1859-1937) en la Piazza Isola (actual Piazza Garibaldi).
La escultura de mármol de Carrara que representa a Garibaldi, la primera realizada en Italia tras la muerte del líder en 1882, fue encargada para homenajear al héroe del Risorgimento por el entonces Ayuntamiento a Bazzaro, artista cercano al movimiento milanés Scapigliatura, que ganó el concurso convocado al efecto, recibiendo los elogios de la comisión, en la que figuraban figuras tan ilustres como los pintores Bianchi y Borsa, los escultores Grandi y Barzaghi y el crítico Archinti.
Bazzaro, al igual que el artista de Monza Eugenio Baioni, participó en 1923 en el concurso para el monumento conmemorativo de la guerra en la Piazza Trento e Trieste, que ganó Enrico Pancera.
La estatua se pagó gracias a las ofrendas espontáneas de los habitantes de Monza y permaneció en la Piazza Garibaldi hasta 1912, cuando se consideró que se encontraba en un "evidente estado de deterioro" y se decidió sustituirla.
Fue entonces cuando se creó la segunda estatua, una copia idéntica a la original y realizada en 1914, de nuevo por Bazzaro, pero en bronce.
Esta nueva estatua se colocó en 1915 en lugar de la de mármol, y permaneció en el pedestal de la Piazza Garibaldi hasta 1934, cuando se trasladó a los Boschetti Reali, donde sigue en la actualidad.
¿Y la estatua original de mármol? La estatua de Bazzaro se dejó en el patio del actual Instituto Olivetti de Via Lecco 12 hasta su restauración y reubicación definitiva en el nuevo pedestal de Piazza Garibaldi en 2013.