El complejo de San Gerardo intramurano o San Gerardino se levanta en el lugar donde el santo monzés Gerardo había transformado su casa en hospital: fundado en 1174, el hospital prestaba asistencia a enfermos, pobres y huérfanos gracias a una precisa organización interna y fue escenario de varios milagros atribuidos a Gerardo. La pequeña iglesia interior está dedicada al santo, con frescos renacentistas pero renovada en estilo barroco tardío, al igual que todo el complejo.
A la casa del fundador, con vistas al río Lambro en un barrio caracterizado antaño por la presencia de canales y molinos, se llegaba por una pasarela a menudo arrastrada por las crecidas del río, sustituida en 1715 por el puente de piedra que aún existe.