La Villa Mirabello, admirable ejemplo de arquitectura y residencia del siglo XVII, fue construida a mediados del siglo XVII por la familia Durini, que había adquirido el feudo de Monza en 1648.
Los Durini erigieron una hermosa villa, con grandes salones para fiestas y recepciones, llamada Mirabello. Su estructura en forma de U abierta hacia el paisaje fluvial, con un patio de honor, es de gran importancia desde el punto de vista estructural, ya que marca la transición entre el tipo de palacio de campo encerrado entre murallas, típico de los siglos XV y XVI, y el nuevo concepto de palazzo-villa abierto hacia un jardín o parque paisajístico.
Reestructurado y ampliado en 1768, por iniciativa del cardenal Durini, que vivió allí a partir de ese año, se convirtió en un "lugar de delicias y tertulia de hombres de letras". En el Mirabello hay frescos y decoraciones de notable valor; aún más notables son los artesonados de madera, una verdadera obra de arte.