Construida en el siglo XIV por los señores Pusterla como residencia suburbana, fue comprada por la familia Arconati en 1579 y a principios del siglo XVIII vendida al conde Giuseppe Angelo Crivelli, que la transformó en una lujosa residencia con jardín a la italiana. La villa fue escenario de importantes acontecimientos históricos. En 1797, Napoleón Bonaparte estableció allí su cuartel general y más tarde su corte. En el contiguo oratorio de San Francisco se celebró la boda de las dos hermanas del entonces Primer Cónsul, Pauline y Elisa.
En 1863, la Provincia de Milán compró el histórico edificio para utilizarlo como asilo y así permaneció hasta la Ley Basaglia, que cerró las instituciones psiquiátricas. En la actualidad, la villa alberga una escuela de formación profesional.
